Perdón Nancy!

A la memoria de Nancy Echeverría cobardemente asesinada en su propio hogar.

Perdón Nancy
que otra cosa queda?
que llorar en silencio tu estúpida partida,
que pedirte perdón
por ser hombre,
por ser parte de esta sociedad
que se ocupa de cosas tan banales,
tan absurdas,
incoherentes,
por ser homo sapiens
y a pesar de ello no saber que decirte
no saber como levantar los trozos
desperdigados, salpicados
dolorosamente impregnados,
en el piso y las paredes,
por haber aprendido tantas cosas
sobre la violencia
y haberme cansado, tal vez antes de tiempo,
de luchar en ese barco que hace agua,
que se bambolea en medio
de lóbregas aguas
de fanatismos, convicciones
y apetencias personales;
por haberme apeado de esa empresa
de tentar evitar muertes,
tan miserablemente evitables
y sin embargo presentes,
dolorosamente inocultables.
Nada queda ahora por hacer.
Pedir justicia?, si claro,
es lo políticamente correcto,
lo esperable en una sociedad que se precie de serlo
pero ello no repondrá en tu rostro
la sonrisa hecha añicos
por el puño asesino
de aquel que un día amaste
y dijo, tal vez, haberte amado.
Duele, en el alma, en la mente,
en cada neurona que no encuentra,
aunque busque,
explicación a tu angustiante ausencia.
Me duele
me averguenza
como ser humano,
como hombre,
como médico,
como padre, como hijo, como amante.
Por eso me animo a escribirte,
desvariando en un tema,
que nos rompe, nos quiebra, nos insulta.
Perdón Nancy y buen viaje
los ángeles, si existen, como no dudarlo en este intante?,
quizas no sean ni macho ni hembra,
tal vez no curtan la violencia
y un día reciban la orden que los mande
a cubrir con sus alas a mujeres como tu;
dile a Dios, si puede mirarte desde su lado masculino
que hoy de seguro lo averguenza,
dile que descargue su fuerza vengadora,
que acuda cuando alguien sucumbe
como tu lo hiciste, a puros golpes,
ante la inexplicable violencia de sus hijos!
JUAN PABLO SERVÍN 15/03/2012