martes, 5 de junio de 2012

EL SEMEN PRESIDENCIAL

El comentario del momento: una nueva denuncia de paternidad del Presidente de la República Fernando Armindo Lugo Méndez, un hecho que ya no debería llamar tanto la atención habida cuenta lo repetitivo de la situación y obviamente de la conducta obispo-presidencial.
De cualquier manera el hecho amerita un análisis y un comentario aunque mas no sea por estar a tono con el tema de actualidad, veamos pues cuales son las aristas que reviste éste hecho recurrente y cuanto menos poco convencional.
Desde el punto de vista puramente privado, en realidad nada tienen los paraguashos y paraguashas que opinar sobre este asunto que se encuadra exclusivamente dentro de la esfera íntima de personas adultas, salvo por el hecho de que uno de los protagonistas es nada mas y nada menos que el Primer Mandatario y por otro lado está en juego el futuro de un niño de 10 años. Muchos de los que hoy se "rascan" las vestiduras, en poses moralistas que mueven a la risa en casos puntuales, son los mismos que aplaudieron fervorosamente a líderes de antaño o al menos jamás levantaron su voz de protesta o de indignación cuando teníamos presidentes que: también tenían hijos como hongos, vivían y convivían con amantes que ostentaban status de SEÑORAS de la sociedad, a quienes colmaba de lujos y propiedades a costa del erario público y para sus jueguitos amatorios colaterales mantenía criaderos de niñas y adolescentes prepúberes regenteados por personajes perfectamente conocidos, tampoco se los vio reclamar ante presidentes que tenían y tienen comportamientos vejatorios que llegan a la violencia intrafamiliar y/o ante la vocingleria y tilinguería de otro primer mandatario de ofrecer públicamente los favores de una de sus ministras que según sus propias expresiones necesitaban un buen APATUKE. Ohhh Manes de la moralidad y defensores de las buenas costumbres, dónde estabais en esos puntuales momentos de la historia patria?
Desde el punto de vista psicológico, llama poderosamente la atención el hecho de la compulsión obispo-presidencial, no ya de mantener relaciones sexuales con aquella que se acercara a él (ya que el deseo sexual, las ganas de tener sexo, de fifar, de coger o como quieran llamarlo, es algo perfectamente natural y solo negado por el obscurantismo de mentes obtusas y llenas de pensamientos represores) sino de dejar preñadas a las mujeres que era capaz de montar, en un afán casi enfermizo de dejar diseminado su ADN y su impronta biológica, como ejerciendo una señal de desprecio absoluto por aquello que juró respetar como una principalísima virtud: LA CASTIDAD; creo que Monseñor cambio en su chip personal la S por la N y reemplazo castidad por cantidad, de mujeres y de hijos, pero he aquí que nuevamente nos encontramos en una decisión personal de respetar o no su situación vocacional, algo que solamente atañe al involucrado y a las dignas señoras que se prestaron a los juegos amatorios clericales, profundamente subyugadas por las sexys sotanas que vestía el entonces hombre de la iglesia.
Lo que si merece un análisis más profundo y nos atañe a todos, es la oportunidad y el momento de la nueva/vieja revelación de paternidad. La propia protagonista reconoce que el padre biológico del niño no la desampara desde el punto de vista estrictamente material, al ser requerida sobre el hecho de haber esperado 10 años para hacer público el hecho, balbuceo una supuesta exigencia del propio niño de querer ostentar el hoy casi multitudinario apellido paterno, motivación posible pero dudosa y poco probable. Al leerse un poco más de sus declaraciones, reconoce además haber sido ayudada, generosamente guiada y hasta apadrinada para conseguir un puestito por una conocida política de la zona de San Pedro y esposa de un parlamentario, oh sorpresa! del principal partido opositor. Justo en las fechas en que se definen importantes situaciones políticas y con una gran presión popular se destapa una ollita más del guiso cuyo aroma y sabor ya es conocido por todos y que por enésima vez inunda la cocina política en circunstancias muy favorables al escándalo y a la utilización de éste como distractor y cortina de humo.
Mi lectura es que el escandalete de marras sirve y mucho para hacer que el entusiasmo en torno a cambios reales y el globo inflado por la ciudadanía sufran un pinchazo descorazonador.

Que Lugo se involucró con varias féminas en épocas que vestía sotánas y es padre de hijos con algunas de ellas es algo que ya sabíamos y como se diría popularmente MBA'E LA UPÉA? definitivamente podemos santiguarnos y murmurar entre dientes pero es algo que simplemente NO NOS COMPETE JUZGAR, ahora bien el resto SÍ NOS INTERESA Y NOS AFECTA así que queridos amigos y amigas NO NOS DEJEMOS ENGAÑAR UNA VEZ MAS POR ESTOS MAESTROS DEL EFECTISMO Y LA ESTAFA POPULAR!!!
EXIJAMOS Y ASUMAMOS EL PODER QUE NOS CORRESPONDE COMO PUEBLO INDEPENDIENTEMENTE DE POR DONDE HA SIDO REGADO EL SEMEN PRESIDENCIAL!

2 comentarios:

  1. Concuerdo plenamente contigo, una cosa es lo privado, y otra cosa es la responsabilidad paternal, si bien es "oportuno" el aparecimiento de un nuevo hijo, no es novedad, ya que se sabia, el famoso secreto a voces de la existencia de estos hijos, y también de algunos.-
    La cuestión principal a la que nadie escapa, y es una lástima que casi se convierte en un Paraguayismo, el tener hijos y no responsabilizarse, o tener hijos "a cacharrata", y lo de los "sobrinos", que eran hijos de Sacerdotes en la época colonial, o sea no es nada nuevo.-
    Con relación al dogma oscurantista del voto de Castidad, de cercenar una derecho y una intuición natural, por un dogmatismo, es ya una falacia en estos tiempos, pero en fin, es entra a tallar cuestiones religiosas que no es foco de este tema.-

    Saludos.-

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