viernes, 22 de octubre de 2010

Una triste historia de fundamentalismos y rigidez. Para meditar.

En la más terrible guerra en la que participó EUA, la guerra de Vietnam,  un joven estadounidense, al que llamaremos Jhon, lleno de entusiasmo y patriotismo se enroló y fue enviado al frente. Proveniente de una familia de tradición militar, hijo de un coronel retirado del ejercito estadounidense, Jhon decidió participar del conflicto luego de un corto período de analisis y apoyado por su Padre. Su madre, como correcta esposa de militar, se mordió los labios y aceptó dejar partir a su único hijo varón al frente de batalla.
El tiempo transcurría y el joven soldado enviaba siempre cartas por el correo, hasta que un día llego una fatídica noticia, Jhon resultó herido en el frente de batalla y lo evacuaron a un navío hospital donde, aseguraron a su consternada familia, recibía la mejor atención médica.
Pasaron dias y  semanas, hasta que un dia el teléfono les transmitió la débil voz del soldado, estaba vivo!!
Su madre preguntó cuando vendría, un corto silencio y un sonido que denotaba que había tragado saliva se oyó del otro lado.
-Madre, dijo Jhon, regreso en unos días pero quiero pediros permiso para llevar a un camarada que también fue herido y teme que su familia no este preparada para recibirlo.
-Claro hijo, exclamó la madre ahogando las lágrimas - El coronel, que oía la conversación, enarcó las cejas pero no dijo nada.
-Jhon continuó su relato: madre el joven de quien os hablo fue terriblemente herido, pisó una mina y perdió ambas piernas.
Un ominoso silencio siguió a tan desagarradora historia.
La madre miró a su marido quien con el rostro endurecido movió negativamente la cabeza.
Ahora quien tragó saliva fue su madre, carraspeó un poco para aplomar la voz y dijo: hijo ya sabes que en casa hay escaleras y accesos dificiles, será duro para todos adaptarnos a un lisiado y  ya sabes lo  que tu padre siempre dijo: para los lisiados están los hospicios.
-Ya sabía que esa sería vuestra respuesta - dijo el joven ahogando un sollozo.
La madre dijo - hijo ven a  casa, acá hablaremos de como podemos ayudarlo, tu padre sigue teniendo contactos influyentes en el ejercito. Espera, deja que tome nota del nombre de tu amigo.
-Ya no importa madre- dijo el joven y luego de ello un click metálico marcó el final de la conversación.
El Coronel miró a su mujer y dijo en tono aspero: -hemos hecho lo correcto, la idea de Jhon de traer acá a un impedido solo hubiera dificultado que el siguiera con su vida normal. El enojo de tu hijo será pasajero y un día él mismo nos lo agradecerá. Relájate y prepara la bienvenida a nuestro Héroe.
Trascurrieron unos dias y nada sabián del joven Jhon, el coronel llamó a sus contactos y la información fué que su hijo ya había sido evacuado y debía estar de regreso.
Preocupados por la desaparición de Jhon piden ayuda a los medios de prensa.
Dos días despues reciben la desoladora noticia: Jhon se había quitado la vida y su joven cuerpo yacía en una morgue de la ciudad donde Jhon había pasado su infancia a menos de 100 km de donde vivían ahora.
Acudieron raudamente al lugar y entró primero el padre, impávido, duro, erguido, como corresponde a un Coronel de los EUA, cuando llegó al lugar donde yacía su hijo sin vida, lanzó un desgarrador aullido y un NOOO! que llegó hasta los huesos a su mujer y otros familiares que esperaban afuera.
Todos corrieron hasta el lugar y vieron al Coronel de los EUA abrazando el cadáver de su joven hijo, parecía dormido, casi perfecto, salvo por el hecho que le faltaban las dos piernas.

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